martes, 26 de septiembre de 2017

Las plantas pueden vivir sin humanos, nosotros sin ellas no


¿Alguna vez te has preguntado que te permite respirar?
Alguna vez has reflexionado junto a un árbol o cualquiera de las plantas que hay cerquita de tí como ellas te ayudan y purifican el aire que te rodea?
Decía Scheffer, experta en esencias florales, en un precioso libro publicado por Urano hace mucho tiempo que las flores curaban el alma. En el prólogo de ese mismo libro señalaba Wolf- Dieter Storl que: " En la época en que Edward Bach desarrolló su terapia floral no existía aún la psiconeuroinmonología y afirmaba que no era de extrañar que con nuestros conocimientos actuales, las ideas de Bach sean cada vez más comprensibles y, al mismo tiempo, populares".

Los seres humanos perdemos con mucha facilidad la conciencia de de agradecimiento para aquellas interelaciones que  rigen nuestra vida, restando importancia a través de una amnesia compartida, la realidad.  Diente de León, imagen archico fotográfico Alif Flower.
Los seres humanos perdemos con mucha facilidad la conciencia de agradecimiento para aquellas interelaciones con otros seres vivos que participan en el devenir de nuestra vida, restando importancia, a través de una amnesia compartida, a la realidad que nos habita en este planeta.
Foto: Jardines del Palacio de Santa Catalina en San Petesburgo.
Nuestra propuesta de hoy no deja de ser popular, aprovechando este recién estrenado otoño traemos aquí una de sus ideas más simples, pasear por el bosque, así lo hacía Bach, dejandose llevar por la intuición, dando pasos de sincronicidad hasta llegar a un lugar donde la naturaleza le invitara a sentarse, respirar y sentir esa comunión de entrega donde el bosque, la pradera o la cima lo esperaban.
Los árboles sin duda te hablan con su serenidad y su calma a través de un silencio que aclara el pensamiento y trae de vuelta sentirnos bien.
A veces he escucho a los alumnos decir cuando caminan en los retiros: pero yo dónde estaba? Y es que el bosque nos trae de vuelta a casa.

Pero la realidad sucede en una capa más profunda, cuando nos damos cuenta de que el bosque puede vivir sin nosotros, hace su camino de crecimiento y estaciones, más allá de nuestro deseo, si no lo talamos, el reino vegetal mantiene su comunicación y su proposito vital, marcado desde el comienzo, cuando las semillas mueren para ser y renacen como plantas en sus primaveras.
Sin embargo jamás nos paramos a reflexionar o tal vez desconocemos que el ser humano necesita alrededor  de 22 árboles vivos para poder respirar en un día en una atmosfera saludable y que se produzca el intercambio silencioso de generosidad que la naturaleza nos otorga.
 En un artículo del New York Time, publicado hace tiempo se podía leer:
Un árbol de 30 metros de altura, con diámetro en el tronco de medio metro en la base, produce unos 2.721 kilogramos de oxígeno suficientes para que dos personas respiren por un año“.

Si acudimos a la naturaleza con regularidad, dejando que nuestros pasos nos conduzcan a los margenes del río, por caminos de sendero abierto y sin obstáculos, tan sólo el sortear de las curvas que van insinuando los árboles a nuestro paso, tal vez no necesitemos tomar esencias florales porque nuestra certeza de vivir, de ser, tomarían de vuelta el territorio perdido dentro de nosotros y la incertidumbre que provoca una vida de "querer ser", desaparece a las pocas respiraciones, sustituida por un ya es!!

Bosque de Niebla. Huatusco. Veracruz, 2016. a trecientos metros del lugar donde Alif Flower imparte sus cursos en México.
Aquí queda nuestra invitación de hoy, retirarse unos días para ser conscientes de esta realidad que acabo de contaros, no nos va a venir nada mal.
Nuestro proposito de difundir y hablaros sobre los dones de este reino son cada vez más fuertes, porque a poco que reflexionemos nos daremos cuenta de que además de fuertes, se han vuelto necesarias para el ser humano.

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